Coprocesamiento: beneficios ambientales, económicos y de salud pública

Fue en la década de 1970, con la crisis del petróleo, que las industrias del cemento (y otras) comenzaron a tratar el coprocesamiento como una alternativa económicamente interesante para sustituir los combustibles fósiles. Mejorado, el proceso de reemplazo de combustibles fósiles no renovables por combustibles alternativos se está consolidando como un aliado en la reducción tanto de las emisiones de dióxido de carbono de la industria del cemento como de los costos de producción.

En términos generales, el coprocesamiento transforma los desechos sólidos industriales, urbanos y agrícolas ‒biomasa‒ para utilizarlos como combustibles alternativos en hornos de cemento o incluso para reemplazar las materias primas minerales utilizadas en la producción. En ambos casos, el resultado ambiental es altamente positivo. Por un lado, permite la eliminación ambientalmente correcta de los residuos y, por otro, evita el uso de combustibles fósiles y la explotación de recursos minerales.

Además del obvio beneficio ambiental, existen otros parámetros importantes: evitar que estos residuos se desechen en rellenos sanitarios y provoquen una degradación ambiental con un fuerte impacto en la salud pública y en el medio ambiente. Y, desde el punto de vista económico, la creación de numerosas cadenas de valor para mantener este flujo de aprovechamiento de residuos para las empresas de pretratamiento, en un entorno que estimula la economía circular.

InterCement se ha empeñado en ser una referencia mundial en el uso del coprocesamiento en la industria del cemento. Cerramos 2018 a una tasa del 16% (contando las operaciones en los seis países donde operamos). En Brasil, la compañía ya opera a una tasa del 23%. Y el objetivo es alcanzar el 40% en 2027. Para tener una referencia, según el estudio “Roadmap Tecnológico del Cemento”, coordinado por el SNIC (Sindicato Nacional de la Industria del Cemento) y la ABCP (Asociación Brasileña de Cemento Portland), incluso en un escenario donde la industria brasileña del cemento presenta una de las tasas más bajas de emisiones específicas de CO2 en comparación con otros países, existe un potencial de aumentar el uso de combustibles alternativos del 15% en 2014 al 55% en 2050, gracias a numerosas iniciativas mitigadoras que están siendo implementadas por el sector.

El porcentaje actual de coprocesamiento indica que InterCement ha dejado de emitir más de 436 mil toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera contando solo el año 2018, contribuyendo así a una menor huella de carbono en su producción. También en 2018, cerramos con una tasa de emisión de 572 kilos de CO2 por tonelada de producto de cemento (reducción del 1,5% en comparación con 2017), ¡mientras que el promedio mundial es de aproximadamente 900 kilos!

Existen otras iniciativas para mitigar las emisiones de CO2 en nuestra producción, pero el coprocesamiento es el que ha internalizado porcentajes más consistentes y, por lo tanto, continuaremos invirtiendo en el desarrollo y perfeccionamiento de esta tecnología en nuestras plantas.

Regreso