InterCement utiliza 232 mil toneladas de combustible alternativo en su producción anual de cemento

En 2018, la empresa redujo sus emisiones de CO2 en 250 mil toneladas. Las plantas con mayor tasa de uso de combustibles alternativos son Ijaci (MG) con un 30% y Candiota con un 45%.

Preocupada por la sustentabilidad de sus actividades y del sector, InterCement, una empresa brasileña con actuación global, ha invertido en alternativas para reemplazar los combustibles fósiles ‒como el coque de petróleo y el carbón mineral‒ en la generación de energía térmica para la fabricación de cemento, el denominado coprocesamiento. El proceso aprovecha residuos de diferentes naturalezas, provenientes de actividades agrícolas, industriales y urbanas, para sustituir las materias primas no renovables para la generación de energía en los hornos de las diez plantas de la compañía distribuidas en todo el país.

Solo en 2018, InterCement llegó a utilizar 232 mil toneladas de combustibles alternativos. Para lograr estos resultados, la compañía invirtió ‒desde 2014 hasta 2018‒ alrededor de R$ 24,4 millones, lo que resultó en una reducción en la emisión de 250 mil toneladas de CO2 en el medio ambiente.

Una de las principales fuentes alternativas para la sustitución energética son los neumáticos, los desechos industriales y urbanos, los llamados CDRUS, que benefician a diferentes sectores de la sociedad, ya que la empresa retira del medio ambiente desechos que se destinarían a rellenos sanitarios, basureros u otros lugares inapropiados y que podrían tener un impacto negativo en el medio ambiente y en la salud pública. En Brasil, InterCement utiliza más de 165 mil toneladas de neumáticos y residuos industriales en este tipo de proceso.

“El uso de residuos urbanos e industriales todavía es muy incipiente porque, según un informe de la ONU ‒Organización de las Naciones Unidas‒, alrededor de 80 mil toneladas de residuos sólidos urbanos se eliminan incorrectamente, lo que representa aproximadamente el 40% del volumen recolectado, parte del cual podría destinarse a los hornos de cemento. Este movimiento también está en línea con la Política Nacional de Residuos Sólidos, que establece metas para la eliminación correcta de los desechos y nos permitirá tener más acceso a estos”, afirma Ricardo Barbosa, CEO de InterCement Brasil.

Por ejemplo, InterCement ya registra altos índices de utilización de biomasa en la generación térmica, con residuos agrícolas como cáscaras de arroz, licuri, babasú y baru, además de polvo de carbón, polvo de aserrado y astillas de madera, entre otros, que se descartarían inadecuadamente en el medio ambiente En fábricas como Ijaci (MG) y Candiota (RS), estos residuos representan entre el 30% y el 45% de todo el material utilizado para generar energía térmica.

Globalmente, InterCement registra índices del 17% en coprocesamiento, superiores a los índices de referencia mundial que giran en torno al 10%. “InterCement invierte en innovación para promover ventajas competitivas con nuevos productos, servicios, tecnologías y procesos. Pero nuestra visión a largo plazo va más allá de los desafíos operacionales y de mercado e incluye el desarrollo económico, social y ambiental de los lugares donde estamos presentes”, explica Barbosa.

Biomasa Social

Para promover el desarrollo económico y social de las regiones de Goiás y Bahía, el área de Investigación y Desarrollo de InterCement estudió el valor calorífico de las cáscaras de barú, babasú y licuri, que se descartan en las actividades extractivas de las familias productoras en comunidades y descubrió que esos residuos tienen el  valor calorífico adecuado para alimentar los hornos de cemento de la compañía en dichas regiones. Por eso, el Instituto InterCement mejoró la actividad de las cooperativas de modo que fuera posible llevar a cabo esta recolección, invirtiendo en equipos, capacitación profesional, gestión, desarrollo de productos y en las compras de esas cáscaras.

El procedimiento aumentó la generación de ingresos de las familias y la capacidad de suministro de residuos en términos de volumen y calidad.

La compañía pretende alcanzar la meta de 14 mil toneladas anuales de cáscaras de licuri, babasú y barú, que actualmente se utilizan en la producción de cemento en las ciudades de Cezarina (GO) y Campo Formoso (BA).

“Esa biomasa tiene un valor calorífico adecuado y puede utilizarse como fuente de energía térmica, reemplazando parte de nuestro combustible principal. Además de contribuir a la preservación del medio ambiente con la reducción de las emisiones de CO2, la iniciativa promueve un beneficio social para las comunidades locales donde InterCement Brasil tiene fábricas, lo que genera una cadena de desarrollo económico, social y ambiental”, asevera Barbosa.


Invirtiendo en el futuro

Para 2019, el objetivo de InterCement es alcanzar una tasa de coprocesamiento del 23% en el mercado brasileño. Además, la compañía establece metas aún más ambiciosos y pretende llegar a 2027 con el 40% de combustibles alternativos provenientes de residuos industriales, urbanos y de biomasa.

“En todo el mundo, InterCement se enfoca continuamente en alternativas de combustibles menos contaminantes y que generen la energía térmica necesaria para sus hornos, además de contribuir al desarrollo de las comunidades locales. Así, sumando todas las fábricas, la compañía dejó de emitir 436 mil toneladas de CO2 en 2018”, agrega Flavio Aidar, CEO de InterCement.

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